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UN NUEVO MIEMBRO DE "ESCRITO PARA MATAR" SE PRESENTA

Llegó una noche con el arma escondida en un bolsillo del sobretodo y una sonrisa feroz. "Me gusta elegir a mis víctimas", dijo en esa media voz inquietante de criminal en serie. ¿Qué podíamos decir? Dejamos los hechos a la consideración del público.  Con ustedes, Jack el Destripador... de Libros.





JACK EL DESTRIPADOR DE LIBROS CRITICA:

“NEW POMPEY”, de Horacio Convertini

La verdad, empecé la (breve) novela (no sé si no debería llamarla “nouvelle”, tiene 155 páginas a doble espacio y tipografía 14 por lo menos) de Convertini sin mucha expectativa: lo que había leído de la colección “Extremo Negro” hasta ese momento me había decepcionado bastante. 
Confieso que “New Pompey” me sorprendió gratamente. Con su estilo directo, por momentos duro y por momentos nostálgico, que le garantiza un lugar en el policial negro. El argentino por lo menos.  Escrito sin florituras lingüísticas ni retórica inútil. No señor: al pan pan y al vino vino.
Convertini no ahorra insultos cuando los necesita pero no se abusa de ellos ni de las situaciones para volverse grotescamente costrumbrista. La temática de la vuelta al barrio se convierte en la excusa para explorar las tripas de una amistad extraña, enrevesada, casi sadomasoquista entre un gay que se fue del barrio cuando salió del closet y su amigo del alma/torturador psicológico devenido en una especie de delincuente algo torpe pero esperanzado en que el siguiente golpe lo sacará definitivamente de la miseria.  Por supuesto no es original. Hay mucho de esto en la literatura argentina: frustración, fracaso, abandono, resignación. 
¿Entonces? Entonces, está bien contado. Y eso es lo mejor de la novela: que está escrita como corresponde. Hace bastante que no me toca un texto nacional bien escrito y fue muy gratificante. El hecho delictivo es casi un incidente menor: la excusa para pintar a los protagonistas con trazos certeros.  Cali sigue a contramano con la vida y con su sexualidad, nunca aceptada por sus padres ni por su amigo El Chino, que lo protege y lo repele a la vez. El Chino es el arquetipo del argento winner que nunca ganó una. Cali sufre por la incomprensión de su familia, sus amigos y su pareja, de la que acaba de separarse: el arquetipo del gay maduro frustrado. A pesar de sus defectos, El Chino es para Cali una fuerza de la Naturaleza y lo conmueve hasta el punto de hacerlo su cómplice. El final, bueno, el final hay que leerlo. Insisto, está buena. Me gustó, y últimamente no disfruto de ese placer muy a menudo.

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